Las particularidades de clubes y deportistas en un nuevo contexto
Introducción
Los futbolistas, independientemente del nivel, de la edad, del contexto y de las circunstancias personales han vivido esta situación de una manera particular, pero sin olvidar que son personas que han seguido el mismo proceso psicológico que se ha visto afectado por un proceso de estrés en mayor o menor medida. Este estrés puede suponer una dificultad en la preparación de la siguiente temporada que, además, no se va a desarrollar con total normalidad debido a las medidas de prevención y a la naturaleza de las competiciones en cuanto a calendario y tipología que afecta a todo el fútbol amateur.
Principales aspectos a destacar
Por todo ello, y atendiendo las diferencias entre las afectaciones y necesidades en relación al fútbol amateur y profesional, y al fútbol base. A continuación, especificaremos a aquellos mentales y biosociales que engloban ambos tipos de fútbol.
Las diferentes realidades en el fútbol
Las diferencias principales respecto a las particularidades se centran en los siguientes tres aspectos:
Por otro lado, vamos a señalar las pautas que aconsejamos para que los chicos, centrándonos en los futbolistas de fútbol formativo, puedan preparar durante el mes de agosto una buena puesta a punto y tengan los recursos emocionales para iniciar en un buen estado de forma y prepararse para las diferentes situaciones que pueden darse durante la temporada si hubiera un parón obligado y así no perder los beneficios de una competición que ya quedó truncada en la temporada anterior.
Punto número 1. Definir el estado actual de forma en las diferentes esferas del futbolista y que van relacionado con su propio perfil deportivo y con su entorno. TEST DE AUTOVALORACIÓN.
Punto número 2. Marcar objetivos específicos de mejora para la temporada 2020-20201. En este caso marcar objetivos con los entrenadores y coordinadores deportivos al inicio de temporada para que éstos sean medibles, objetivos, reales y motivantes.
Punto número 3. Trazar un plan de seguimiento para aquellos aspectos psicológicos prioritarios*. Charlas de valoración tanto individuales como grupales para semanalmente valorar nuestras sensaciones y posibilidades de mejora.
Punto número 4. Tener una carpeta con recursos de aprendizaje psicológicos y emocionales. No debe ser algo aislado, sino que supongan una continuidad a la filosofía de trabajo de cada club en esta área del entrenamiento.
Punto número 5. Calendario de trabajo para complementar los entrenamientos físicos con otras estrategias: autovaloraciones, ejercicios mentales, visionado de vídeos, etc. Diseñado por cada club según sus recursos y posibilidades.
Punto número 6. Plan de trabajo alternativo en el caso de un parón temporal de la competición. Seguimiento telemático y recursos online para mantener la motivación por el aprendizaje y el mantenimiento físico.
Punto número 7. Dossier de trabajo en la preparación teórica de aspectos tácticos y de otras áreas complementarias a la preparación del futbolista: conciliación académica, comunicación, liderazgo, opciones deportivas de futuro, revisión de objetivos, etc. Esto debe ir en consonancia con el contexto educativo y en comunicación con las familias de cada jugador/a.
Punto número 8. Lectura periódica de libros relacionados con el deporte en general. Recomendaciones adecuadas para cada etapa formativa.
En definitiva, una serie de medidas que requieren de un pequeño esfuerzo que podemos aprovechar todos los educadores deportivos para mejorar nuestra asistencia y ayuda a nuestros deportistas para crear una línea de continuidad pedagógica mucho más segura, firme y dotando de autonomía y seguridad al aprendizaje. Es una oportunidad para perfeccionar nuestros métodos y liberar al jugador/a en campo de obligaciones cognitivas satélite, mejorar su autoestima y de ampliar la esfera de aprendizaje incluyéndolo dentro de su formación integral personal y familiar.